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No es realismo mágico, es surrealismo consciente: ¿quién
piensa los números?
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Me invitaron a participar en un proyecto de investigación.
Era un experimento social. El mismo era liderado por psicólogos y sociólogos.
Como arquitecto, debía promover aspectos asociados a la relación entre el ambiente
construido y los seres humanos.
Convocaron a 132 participantes. Eran hombres, mujeres y
sin declarar y las edades iban desde los 18 años a los 65.
Nos basamos en la teoría que expone lo siguiente: 5 son los
sentidos en que difieren las personalidades entre los seres humanos (Homo Sapiens):
En ella, somos en distintos grados:
1. Introvertidos / extrovertidos;
2. Neuróticos / estables;
3. Indiferentes / abiertos a la experiencia;
4. Simpáticos / hostiles;
5. Concienzudos / irreflexivos.
De manera que se dispuso de un auditorio. En la parte de
la audiencia, se ubicaron a las personas que los 132 sujetos habían
identificado previamente como “Introvertido” en uno de los extremos de los
asientos de la fila y en el otro, a los que habían identificado como
“extrovertidos”, éstos, elegidos dentro del grupo de conocidos y familiares de
los sujetos referidos.
A continuación, los sujetos debían sentarse en las 5
filas (1, 2, 3, 4, 5) en el lugar que ellos creían mejor identificaban el grado
en que opinaban se ubicaba su personalidad.
En el 87,3% de los casos se ubicaron en un punto no
comprometido, es decir, en el centro de la fila de los asientos; es decir, no
se consideraban ni “Introvertidos”, ni “Extrovertidos” (por ejemplo). Resultado
que se propuso como línea de investigación a futuro: ¿por qué un alto
porcentaje de los sujetos no se identificaban con ninguno de los extremos de
los sentidos en que difieren las personalidades entre los seres humanos (Homo Sapiens)?
Otra de las líneas de investigación a futuro que fue
identificada, y a mi criterio personal (más que el científico) consideré el más
interesante. Uno de los sujetos, —una mujer de 27 años de edad—, se ubicó en el
puesto contiguo al sujeto identificado como “Introvertido”, siendo por un lado,
el único caso en donde esto ocurriera, es decir, en donde el sujeto de estudio
haya optado por el puesto contiguo a la opción, representando el grado máximo
de uno de los sentidos de la personalidad (el 100%). Al indagar, con un
instrumento de medición cualitativo propuesto por el grupo de los psicólogos, determinaron
que la lógica de la decisión recayó en un término acuñado como “irreflexivo”.
Como corolario, supimos que la persona identificada en el
sentido de la personalidad “Introvertido” era el padre de la mujer de 27 años,
un hombre de 73; a quien la mujer no veía en un período de tiempo prolongado, y
optó por saltarse las reglas impuestas en el estudio (la sociedad) y sentarse
al lado del padre para poderlo abrazar.
No siempre tomamos las decisiones basados en la razón, al
menos, según el estudio, en un 0,76% de los casos lo hacemos en función del
corazón.
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