2/09/2020

Sueño #64: experimento



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No es realismo mágico, es surrealismo consciente: ¿quién piensa los números?

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Me invitaron a participar en un proyecto de investigación. Era un experimento social. El mismo era liderado por psicólogos y sociólogos. Como arquitecto, debía promover aspectos asociados a la relación entre el ambiente construido y los seres humanos.

Convocaron a 132 participantes. Eran hombres, mujeres y sin declarar y las edades iban desde los 18 años a los 65.

Nos basamos en la teoría que expone lo siguiente: 5 son los sentidos en que difieren las personalidades entre los seres humanos (Homo Sapiens):

En ella, somos en distintos grados:

1. Introvertidos / extrovertidos;
2. Neuróticos / estables;
3. Indiferentes / abiertos a la experiencia;
4. Simpáticos / hostiles;
5. Concienzudos / irreflexivos.

De manera que se dispuso de un auditorio. En la parte de la audiencia, se ubicaron a las personas que los 132 sujetos habían identificado previamente como “Introvertido” en uno de los extremos de los asientos de la fila y en el otro, a los que habían identificado como “extrovertidos”, éstos, elegidos dentro del grupo de conocidos y familiares de los sujetos referidos.

A continuación, los sujetos debían sentarse en las 5 filas (1, 2, 3, 4, 5) en el lugar que ellos creían mejor identificaban el grado en que opinaban se ubicaba su personalidad.

En el 87,3% de los casos se ubicaron en un punto no comprometido, es decir, en el centro de la fila de los asientos; es decir, no se consideraban ni “Introvertidos”, ni “Extrovertidos” (por ejemplo). Resultado que se propuso como línea de investigación a futuro: ¿por qué un alto porcentaje de los sujetos no se identificaban con ninguno de los extremos de los sentidos en que difieren las personalidades entre los seres humanos (Homo Sapiens)?

Otra de las líneas de investigación a futuro que fue identificada, y a mi criterio personal (más que el científico) consideré el más interesante. Uno de los sujetos, —una mujer de 27 años de edad—, se ubicó en el puesto contiguo al sujeto identificado como “Introvertido”, siendo por un lado, el único caso en donde esto ocurriera, es decir, en donde el sujeto de estudio haya optado por el puesto contiguo a la opción, representando el grado máximo de uno de los sentidos de la personalidad (el 100%). Al indagar, con un instrumento de medición cualitativo propuesto por el grupo de los psicólogos, determinaron que la lógica de la decisión recayó en un término acuñado como “irreflexivo”.

Como corolario, supimos que la persona identificada en el sentido de la personalidad “Introvertido” era el padre de la mujer de 27 años, un hombre de 73; a quien la mujer no veía en un período de tiempo prolongado, y optó por saltarse las reglas impuestas en el estudio (la sociedad) y sentarse al lado del padre para poderlo abrazar.

No siempre tomamos las decisiones basados en la razón, al menos, según el estudio, en un 0,76% de los casos lo hacemos en función del corazón.

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