Robert De Niro estaba en la esquina del frente impidiendo
el tráfico de autos entrar a su calle.
Decía: «Hello there;
sorry. Detour; we are making a film here».
En el
extremo opuesto estaba yo.
Hasta que
llegó un borrachito y quiso entrar a la calle que me correspondió a mí cuidar.
Dije: «Lo siento,
caballero, no puede pasar».
Dijo: «¿Por qué no puedo pasar?».
«Porque
están filmando una película; por eso».
Se me quedó mirando largo rato y en silencio.
Tenía las mejillas coloradas y los ojos vidriosos. Y en
la cabeza, un sombrero de pescador de color crema con motivos marinos en azul,
verde y rojo.
«Hello there; sorry. Detour; we are making a film here», decía De
Niro con su cara sonriente de tímido educado y con sus ojos medio cerrados en
la calle de enfrente.
No me dio
tiempo de reaccionar; el borracho había conseguido una piedra de 3 kg. en la
otra esquina del tamaño y forma de una bolsa de arroz de 1 kg. y me la había
estampado en la cabeza hasta hacerme desmayar.