12/18/2019

Sueño #29: David Bowie



Me encontré con el Prof. Francisco Sabatini caminando detrás de la audiencia. Nos topamos y desviamos nuestros respectivos trayectos. Al cruzar a la izquierda en el pasillo, nos topamos con un grupo de estudiantes del Prof. Sergio Baeriswyl, quienes, en filia india, experimentaban con un experimento urbano. Era el segundo día de un evento que se llevaba a cabo en la Ciudad de Concepción, en el mismo hotel en donde se hospedó Noel Gallagher en su visita a la ciudad penquista, el hotel Radisson. Luego, en una de las habitaciones del hotel, al final de la jornada, mientras nos tomábamos una cerveza antes del brindis de cierre del evento, unos españoles se quejaban de la organización, y no se explicaban cómo un local pagaría tanto dinero por participar de él. Pero sin embargo, el único chileno del evento fue el que tuvo la mayor aceptación en la propuesta que presentó en el evento. Además, decía: «vine por el hotel, dos días en el hotel… y las comidas»; los españoles no le creían. Luego en el jardín, en el lugar en donde se ubicaba el acceso al brindis de cierre dos mujeres jóvenes con una indumentaria hippie de finales de los sesentas, un poco pasadas de tragos, increpaban a David Bowie, y le decían que era un famoso “muy viejo” para el evento. Le decían que no podían creer que el Productor del evento, uno de los hombres más poderosos del medio, había tenido la osadía de invitar como Orador de Orden a un hombre tan viejo. David Bowie les sonreía en silencio con su sonrisa de Maestro. Entonces vino el discurso de cierre de David Bowie y despotricó a capa y espada. Estaba hecho una furia. El Productor, luego de finalizada la intervención, le dice a Bowie: «sabía que las niñas harían su trabajo». «¿Cuáles niñas?», respondió Bowie: «las que contraté para que te increparan». «¿Entonces fuiste tú?», dijo Bowie. «Claro», dijo el Productor, y continuó: «Te manejas mejor cuando te provocan; sabía que no querías estar aquí, que lo hacías por consideración hacia mí, pero tampoco quería que tu discurso no fuera digno de ti», terminó de decir el Productor. ¿Y qué hizo Bowie? Le mostró su sonrisa de siempre.