usualmente
comenzaba
entre las
6
y las 7
de la
tarde-noche
entonces
se oían
o bien
los golpes
o bien
los aullidos
los golpes
eran unos sonidos
sordos
contenidos
en la
caja
toráxica
del animal
o en la
aglomeración
de órganos
intestinos
los
aullidos eran
diferentes
esos
reverberaban
el dueño
del perro
y el perro
se
parecían
ninguno de
los dos
tenían
vida
el viejo y
el perro
eran
flacos
secos
pegados
al hueso
/ pellejo
la paliza
duraba
una hora
mas o
menos
y a la
hora
referida
entre 6 y
7
lo que sí
era una constante
eran los
gritos
insultos
que
sucedían
a los
golpes
toma!
perro
mal#$%
toma!
desgraciado
animal
esto ocurría
en el
balcón
de
enfrente
en el
edificio
a veces
nos cruzábamos
con el
vecino
mal#$%
parecía
tan frágil
educado
polite
como un gentleman
decía:
buen día
ó
buena
tarde
en un tono
sofisticado
y de voz
gruesa
ronca
por el
cigarro
el viejo
vivía solo
o no tan
solo
porque le
hacía
compañía
el perro
el amigo
del hombre
a veces
lo
visitaba
un joven
a quien
luego
supimos
era
su hijo
a veces
con su
hijo
le veíamos
al viejo
una
sonrisa
un
destello
de vida
el viejo
afuera
de su
departamento
se le veía
con
vitalidad
así como
adentro
cuando
golpeaba
al animal
con una
voz ronca
gritaba
toma!
y el
animal
respondía
con un
aullido
o dos
y a veces
quedaba
toda la
noche
o parte de
ella
con un hilo
de queja
de animal
el acto
iniciaba
cuando el
viejo
abría la
puerta
del lavadero
con la
cocina
y ahí te
va
comenzaba
de nuevo
la función
y los
sonidos
de los
dos
al viejo
se le veía
deambular
sin vida
por el
departamento
caminando
y sin
camisa
fuera de
la hora
de la
paliza
el otro
factor
constante
en la
rutina
de la
paliza
era ver
mover
la cola
del perro
al ver
a su dueño
después de
abrir
la puerta
en el
lavandero
en donde
el perro
pasaba
el día
encerrado
la cola se
movía
y se movía
al ver al
dueño
mientras
este
buscaba
con calma
un objeto
con que
comenzar
de nuevo
la paliza
febrero, 2017