1/17/2017

EL ESCRITOR NO TIENE QUIEN LE CORONE - RESUMEN


EL ESCRITOR NO TIENE QUIEN LE CORONE

RESUMEN


El escritor es un veterano de la Guerra literaria de Chicago, quien malvive en una casa de una villa de la costa oriental del Lago de Maracaibo junto a su hermana neurótica. La acción se desarrolla en tres años, desde 2034 a 2036.

La historia comienza una mañana de octubre en la que el escritor se prepara para asistir a un evento después de un cambio de sexo y dar el pésame a la esposa del hombre que se operó para ser mujer.

Durante 35 años, el escritor baja cada tercer viernes de octubre al bar del Club Náutico, sección, Los Puertos de Altagracia, con la esperanza de recibir la noticia prometida por la Revolución Bolivariana de recibir el Premio Nobel de Literatura. Su fotógrafo, el cual se encontraba también en el bar, le entrega unos documentos electrónicos, los cuales han sido plagiados. Sin ninguna fuente de ingresos, la única esperanza de ganancia del escritor es un iPad, heredado de una gata jubilada, que el escritor ha estado cuidando en su casa durante varios meses, con la intención de comprobar que a pesar de ser descontinuado, puede soportar una actualización del nuevo sistema operativo y obtener un beneficio de las apuestas de los escépticos.

Posteriormente, el fotógrafo visita al escritor para retratar a su hermana, y tras dar su visto bueno, le da al escritor unas novelas y un ensayo de Tao Lin. Al llegar a casa, el escritor y su hermana discuten sobre la conveniencia de invertir los pocos ahorros restantes en la compra de megas para la sustento del iPad.

Tras cambiar de editor, el escritor le escribe una carta al gobierno demandando nuevamente la promesa incumplida. Justo ese día se acaban los megas para la recarga del iPad, y comienza a borrar algunas canciones de los ochentas de Bob Dylan. Su hermana argumenta que debería venderle un ejemplar del Principito autografiado por el autor a Nelson Lossada, el piloto del pueblo. Al encaminarse hacia la oficina comercial, se encuentra con varios programadores, entre ellos a Acurero, a quienes les ofrece regalarles el iPad. En cambio, estos se ofrecen a repotenciarlo hasta la próxima actualización del sistema operativo.

Durante una visita a su colega Ron Aldabas, éste le sugiere que si vendiera el iPad se lo comprarían fácilmente a 9 litros de agua sin sodio. Tras descubrir que su hermana había tenido que empeñar unas rocas del extinto muro de Berlín, decide vendérselo a Ron Aldabas, aunque este le responde que tiene un cliente que está dispuesto a comprárselo por 4 litros. El fotógrafo le aconseja al escritor que no se lo venda, pues Ron Aldabas lo vendería posteriormente a 9 litros.

Ron Aldabas sale de viaje, y cerrarían el trato al volver. El viernes como de costumbre, el escritor acude al bar del Club Náutico, sección, Los Puertos de Altagracia, y de camino recuerda que ese día comenzarían los entrenamientos del iPad mini, y al pasar por el “Centro de programadores de Sistemas informáticos” (C-pSi), el escritor descubre que tienen a su iPad. Entonces, el escritor va a recogerlo y ve cómo el emocionado público ovaciona al iPad, y en medio de una gran confusión y motivación, se lleva al dispositivo a su casa, decidiendo que no lo venderían. Durante la conversación final, discute con su hermana, la cual le reprocha la total carencia de dinero y su idealismo. La novela termina con la célebre escena final en la que la hermana pregunta al coronel: "Dime, ¿qué vestimos?" a lo que este, liberado, se arma de valor y le responde: "carne."