Hueles a luna de cobre al despertar
adivino tu aroma escondido
al barruntar entre las sábanas
tus carnes calientes de alondra.
En tu cabeza el corpiño
como una estela en la almohada de dos
resplandece con sus estrellas
el reflejo del sol.
Hueles a luna de cobre al despertar
mientras desesperezas tus miedos
y yo cautivo de ti, te admiro
en la exhalación de tus ensueños.
El amor se hace grande
En el mismo lugar.
Fernando
Chávez-Finol
Barcelona
viernes, 12 de noviembre de 2004