11/27/2019

Poesía para sanar heridas



Los griegos definían a la poesía como “el hacer”, “el crear”, “el fabricar”, entre otros términos, de manera que el poeta era el que hacía, el que creaba, el que fabricaba. En más de veinte años escribiendo poesía, me propuse el reto de tratar de definir lo que era para mí, “poesía”. Luego de meditarlo  un par de semanas (o meses) di con una definición que me satisfacía, la cual era la siguiente: «poesía es encontrar la forma». Esa definición me gustaba porque se relacionaba con la definición original del término por parte de los griegos; ya que “encontrar la forma”, según esa definición, debías “hacer”, “crear”, “fabricar”, “algo” para que luego resultara en esa búsqueda una “forma”, pero tienes que buscar para encontrar, en ese hallazgo es en donde me separo, o adiciono, a la definición original de poesía por parte de los griegos.

También me gusta, porque no necesariamente una “forma” debía ser traducido en el resultado de un “objeto”, como lo puede ser un “poema”, aunque inicialmente me refería a ello; es decir, que para mí, “poesía” era “encontrar la forma” en un poema. El cual ese poema u “objeto” podían ser un soneto o un haiku. Para los que saben, el soneto es una forma de poema que se originó en la corte del sacro emperador romano Federico II en Palermo, Sicilia, en el siglo XIII de nuestra era cristiana. La estructura de un soneto típico de la época, incluía dos partes que juntas formaban una forma compacta: el “argumento”. Es decir, esa forma compacta la conformaban catorce versos (líneas de palabras relacionadas) de arte mayor (endecasílabos, es decir, de once sílabas).​ Los versos se organizaban en cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos). El soneto, como habrán visto, tiene los componentes esenciales y básicos de todo poema: versos, estrofas y faltaría, rima (que es otra forma de decir “ritmo”). La rima es la repetición de un fonema (el sonido de la voz) en la última parte de un verso, en diferentes combinaciones durante el poema.

La razón de la composición del soneto original italiano en dos cuartetos, más dos tercetos y el número 12 del total de los versos, tiene su justificación filosófica en la época en la cual surgió el soneto, lo que quiere decir que sus creadores italianos “encontraron la forma” de expresarse según los dictados de su tiempo. Lo que no quiere significar que en los tiempos actuales no veamos creados nuevos sonetos. Pero el soneto surgió de una búsqueda, que es lo que les quiero hacer ver, y con ello, la relación de ello con mi definición propia de “poesía”.

Antes de explicar el segundo ejemplo que referí, el de los haiku, me gustaría completar la definición de “poesía” por parte de los griegos, o mejor, de cómo ellos entendían el término (todo lo que expongo acá está en Wikipedia, excepto la reflexión, la cual es propia): los griegos entendían que podría haber tres tipos de poesía, la lírica o canción, cantada con acompañamiento de lira o arpa de mano, que es el significado que luego se generalizó para la palabra “poesía”; la dramática o teatral y la épica o narrativa. Es decir, para ellos la poesía lírica era la que se recitaba, y la que comúnmente hacía referencia a las emociones humanas, la poesía dramática era la que se representaba en los teatros, y la poesía épica era la que hoy en día se conoce como “literatura”, es decir, la novela.

Pues bien, el segundo ejemplo que referí de “encontrar la forma” en un “poema” como objeto, fue el haiku. El haiku es una forma muy corta de poesía japonesa en tres oraciones (versos) que van en el orden 5 sílabas, 7 sílabas y luego termina con otra de 5 nuevamente. El origen de la forma se remonta al Hokku, la cual es la estrofa de apertura de un poema ortodoxo colaborativo vinculado, o renga. En la época del poeta Matsuo Bashō (1644-1694), el hokku comenzó a aparecer como un poema independiente. A finales del siglo XIX, Masaoka Shiki (1867–1902) cambió el nombre del hokku para la definición que se conoce hoy en día, haiku. La esencia del haiku es "cortar" (kiru), esto a menudo se representa mediante la yuxtaposición de dos imágenes o ideas y un kireji ("palabra de corte") entre ellas. Aunque no me consta, porque poco es lo que he leído al respecto, esa forma de expresar las emociones a través de dos imágenes diferentes surge desde lo japonés, es decir, desde la manera de ver la vida por parte de nuestros comunes de las islas asiáticas.

Pero existe una segunda explicación a esa definición personal de poesía, que no tiene que estar relacionada con un producto, en este caso, con el de poema como objeto. Esa segunda acepción tiene que ver “con la forma de hacer algo”, es decir, “con encontrar una forma de … (cualquier verbo)”. Entonces nos referimos a “encontrar la forma de “cocinar”, de “cocer”, de “jugar tenis”, de “conducir”, de “matar”, de “beber”, de “cuidar a un bebé (o a un enfermo)”, de “operar a corazón abierto”, de “engañar”, de “robar”, como distintas maneras de poesía, porque en la vida hay poesía fuera del poema. Decimos: «ella es poesía», cuando nos referimos a la enfermera que cuida a nuestro abuelo de una manera en la cual ella, sólo ella, lo sabe hacer; decimos: «hay poesía en esa cocina», cuando vemos trabajar a las mujeres en el mercado central de la isla de Curazao; decimos: «esto es poesía» cuando señalamos a un caballito de madera cruda; etc. etc. etc.

Poesía para sanar heridas, el método

También tengo un método para propios (iniciados) y extraños (neófitos) en la poesía, para crear poemas escritos. Este método consiste en pensar en el día más triste de nuestras vidas, o en el día más feliz de nuestras vidas y describir en versos (rimados o libres) lo que estábamos haciendo / viendo en ese momento, o el contexto en donde estábamos experimentando esa emoción. De esa manera (es una tesis mía), lograremos construir una relación inédita en un objeto (el poema), la cual sería la unión (antes no pensada) de nuestra vida interior, producto de esa emoción, y nuestra vida externa, o eso que llamamos “realidad”.

¿Cómo les suena?

Estoy buscando la manera de comprobar esa tesis con personas a través de un pequeño taller. Lo que pretendo es, no sólo acompañarlos en la experiencia única de componer, crear, hacer, construir el vínculo emoción/realidad en un poema, sino intentar ayudar, a través de ese ejercicio cognitivo, fortalecer la parte emocional de nuestros cerebros y cambiar la imagen de esa emoción primigenia por la (o las) del poema nuestro.

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nov, 2019