10/07/2019

Jorge Luis Borges



.:.

Anoche soñé con “Neguito” Borjas
estábamos en la Av. El Milagro
en Maracaibo, cómo no,
y en frente de La Vereda
(antiguamente)
Paseo
del Lago

Él vendía tupperware 
en un lugar público 
de teléfonos
públicos.

Estaba demacrado
lo que quiere decir en Maracaibo
“saludable”
ya que su peso era
el peso de una persona 
estable
parecía llevado por las
drogas
(en Maracaibo).

Llevaba
-cómo no-
una gorra de béisbol 
(negra)
como pareciera que fuera
su alma; en fin,

en ese espacio público
de teléfonos
públicos 
estábamos también 
junto a “Neguito”
el que escribe
y uno de sus hermanos
-menores-
(Juan Pablo).

Juan Pablo estaba hablando por
teléfono 
y yo cantaba
cantaba una canción 
triste
pero de amor 
cantaba que era maravilloso 
morir 
juntos
en un vehículo masivo de transporte 
público.

Cantaba:
“Si un bus de dos pisos /
colisionaba con nosotros /
el pensar en morir a tu lado /
no creyera que existiera /
una muerte tan placentera”.

Y repetía:
“Si un bus de dos pisos /
colisionaba con nosotros /
el pensar en morir a tu lado /
no creyera que existiera /
una muerte tan placentera”.

Mientras “Neguito” Borjas
vendía tupperware
con su gorra de béisbol 
negra, en la cabeza.

Resulta que en un momento inesperado 
“Neguito” Borjas suelta el auricular 
y la voz de la señora chillona
del otro lado, decía: “qué pasa!”

“Neguito” Borjas se transformó 
en alguien diferente 
a “Neguito” Borjas, el gaitero,
el compositor zuliano 
era un marijuanero
cocainómano / pendenciero;

Y levantó el auricular negro al aire
y quiso (y tuvo la intención)
de pegarme
si no es que mi hermano
Juan Pablo
(como el Papa)
lo detiene
y aplasta con su mano grande
la cabeza del gaitero zuliano 
en contra del pilar de acero
de los teléfonos públicos 
y le dice: “qué pretendes?”

“Neguito” Borjas,
el gaitero zuliano,
compositor de gaitas
y productor musical,
no responde
su tez de amarilla pasa a verde
y sus ojos
sí, sus ojos,
parecen desorbitados;

“Qué pretendes?”, insiste mi hermano.
“Neguito” Borjas se queda callado.
Entonces, tomé un compás de hacer círculos 
de mi mochila / morral / de arquitecto 
y lo entierro en sus ojos
a “Neguito” Abdénago Borjas
el gaitero,
compositor zuliano,
sin que se percatara de ello.

Adiós gaitero zuliano 
adiós vendedor de tupperware 
adiós familia Borjas Romero
un cuchillero de compás geométrico 
pudo más que vos.

Un cuchillero que cantaba canciones de amor
tristes, de finales felices,
junto a su amada urbana.

Un cuchillero que contaba además,
con su familia;
como ustedes se apoyan,
nosotros también.

No hay que temerle a la soledad
ni a los finales tristes,
cuando se tiene a la persona que amas
junto a tu lado
sea tu amada o tu hermano.

.:.

@chavez_finol

De un próximo libro de poemas
que tiene por título
(provisional)
“De los sueños”.