Corazones lacerados en formol
laten, arden, blandos, hondos,
de paciencia escurrida
en lúz diáfana y cetrina
mi paciencia blanda arde en el
metal
y mi cordura se astilla en tu
agonía
arde en el vacío viciado y vano
de una habitación que palpita
desamor
las cenizas viejas que en mi
pecho yacen
dejan un rastro quemado
con el chirriado hondo de los pasos
blandos
la carne se desgarra y no se moja
oxigena el formol en vano
alegoría de lo cotidiano
de mi cordura astillada
Fernando
Chávez-Finol
Barcelona
19 de febrero de 2004